22 de abril de 2009

y continua la biblioteca...

Sin embargo, siempre está la posibilidad de que el tema no tenga importancia para algunos, creyendo que no es su deber el hacer algo por los demás. Aferrándose a la idea de que si ellos tienen la posibilidad, se debe a que alguien lucho para dárselas y no teniendo obligación de hacer lo mismo por los demás.

–¿Crees que existe una edad especifica para adquirir un habito de lectura?
– Sin duda es más fácil en la infancia, porque los niños son como esponjitas, de ahí que la mayoría de la promoción de lectura vaya enfocada a los niños. Pero también me iría al otro extremo, “¿A qué edad es más fácil desenamorarse de la lectura?” Claro que de niño, porque te dicen tienes que leer esto y te castigan si no lo haces. En la secundaria te dicen tienes que leer el clásico y no tienes opción. Pero no hay edad, aunque de más joven es más fácil.

Se podía observar que a Ofelia le apasionaba el tema. La lectura sin duda es algo que le llama la atención y que disfruta hacer. Se veía que estaba pasando un rato ameno, al mismo tiempo que comentaba que nunca es tarde para “enamorarse” de la lectura. Siempre que uno quiera hacerlo, no existe edad específica para comenzar.

– Has hablado de la lectura por placer y los diferentes medios que existen para hacerlo, pero, ¿qué hace el TEC de Monterrey para fomentarla en los jóvenes?
– Dentro de la Biblioteca tenemos diversas actividades que buscan el fomento de la lectura. Contamos con la biblioteca ambulante, donde salimos por el campus con diferentes libros, para aquellos que les da flojera o miedo de entrar a la biblioteca. Esto normalmente se hace antes de los puentes para que aprovechen el tiempo. También contamos con un Café Literario, donde cada semana se lee un cuento pequeño y se comenta, y escuchamos opiniones sobre los diferentes libros que les gustaría que trajéramos a la biblioteca.

Esta respuesta corroboró el interés que Ofelia tiene en la lectura, pero también dejó ver que está tratando de hacer algo al respecto. Ha buscado diferentes actividades para que los jóvenes se involucren y quizás adquieran el interés necesario; que con el tiempo podría volverse un hábito.

Tristemente todo llega a su fin, al igual que el tiempo con Ofelia, quien compartió todo su conocimiento sobre la lectura. Ojala y hubiera más gente como ella, preocupada por hacer de los jóvenes, personas mejor preparadas mediante un hábito que es de gran ayuda. Fue un honor contar con Ofelia y se agradece la aportación hecha a los estudiantes.

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